Las pantallas engloban hoy en día multitud de
dispositivos: televisiones, móviles, tablets, ordenadores y videoconsolas.
Los niños de hoy están siendo sobre estimulados con estos dispositivos, privándoles
de una relación de calidad tanto con sus iguales como con los adultos. Esto
deriva en ocasiones a problemas de atención, retraso en el desarrollo del
lenguaje, en el desarrollo motor, alteraciones del hábito del sueño,
dificultades para las relaciones sociales, miedo a la interacción, etc.
Nuestro cerebro está diseñado para desarrollarse durante los primeros años de
vida, a través de la exploración del entorno y la interacción social. Por ello
debemos ofrecer a los más pequeños experiencias de calidad, mostrándonos
disponibles y ofreciéndoles un juego más creativo, que incite al descubrimiento
personal, a la adquisición de la autonomía, a la resolución de conflictos, a
reconocer las posibilidades que ofrece su cuerpo, etc. Además de crear un
ambiente seguro que le permita comunicarse y expresarse con la sociedad más
cercana.
La academia Americana de Pediatría nos aporta una serie de
recomendaciones sobre este tema dada la importancia que tienen la actualidad. Nos ayuda a crear un plan de uso responsable
de las pantallas para las familias y promueve hábitos de vida saludable desde
la primera infancia. Se incentiva la actividad física, la alimentación
saludable, el sueño adecuado para su edad, la higiene personal, y se fomenta la
experimentación con objetos cotidianos y la interacción con otros niños, así
como la relación de calidad con los miembros de la familia.
Durante los dos primeros años de vida, sería conveniente
evitar el uso de las nuevas tecnologías, dándole mayor importancia al
movimiento libre del niño y a su propia capacidad de experimentar y aprender a
través de sus vivencias y teniendo un apego seguro. Pasados estos dos años
podría usar algún dispositivo como máximo de una hora diaria y siempre con la supervisión
del adulto.
Como padres podríamos ofrecerles esa hora siendo de
calidad para fomentar el desarrollo en alguno de los diferentes ámbitos de
experiencia, ya que este medio les resulta muy atractivo y podría favorecer su
aprendizaje. Por ello tendría que meditarse que contenido queremos que vean y
que finalidad tiene, no sólo el de entretenimiento. Podríamos buscar otras
alternativas y evitar ciertos momentos:
- Encontrar otras actividades de movimiento o que impliquen
mayor concentración buscando siempre que sean atractivas.
- No usar las pantallas 1 hora antes de dormir ni en los
momentos de alimentación.
- Dedicar un tiempo dedicado a la familia, donde ningún
miembro use ningún dispositivo.
- No usar mientras se realizan actividades escolares, en la
escuela, en el coche y en la silla de paseo.
La familia puede reflexionar sobre el uso de las
tecnologías dentro de su hogar y buscar una alternativa a este medio, creando
una mejor relación entre sus miembros y viendo las ventajas de emplear el
tiempo en otros quehaceres. Por ejemplo:
- Incrementar la actividad física y el ocio al aire libre a
través del tiempo en familia.
- Conocer los riesgos del uso de las pantallas.
- Introducción de la tecnología de forma acorde a la edad y
con un control parental exhaustivo.
- Ser un ejemplo en el uso y tiempo que son utilizadas estas
tecnologías.
- Inculcar buenos hábitos desde pequeños. La gestión que
realicemos con ellos nos ayudará a crear unas normas básicas de uso y unas
herramientas que les serán de gran utilidad para su educación y desarrollo como
personas.
Tomando en cuenta estas ideas, no tendremos que ver las
consecuencias que tiene el uso excesivo de las tecnologías. Buscando una
relación de calidad y una amplia oferta de actividades atractivas para su juego,
evitaremos:
- La obesidad, sedentarismo y consumo: el uso de estos
dispositivos aumenta el riesgo de padecer sobrepeso, incrementando un 30% la
probabilidad de obesidad en niños que utilizan televisión, móvil o Tablet.
- Miopía: El uso de pantallas incrementa el riesgo de
desarrollar la miopía, por eso los especialistas recomiendan aumentar el tiempo
al aire libre.
- Trastornos del sueño: Los niños/as se sobre estimulan
debido a las pantallas y les afecta en la calidad del sueño, tan necesario para
su crecimiento. Se asocia el uso de dispositivos multimedia antes de la hora de
dormir con una cantidad y calidad del sueño inadecuadas y somnolencia diurna.
- Salud mental: un menor tiempo con pantallas implica un
menor riesgo de depresión, ansiedad, baja autoestima… Mayor tiempo con
pantallas se correlaciona con mala salud mental en adolescentes:
insatisfacción, adicción, conductas inapropiadas…
- Habilidades cognitivas y emocionales: El uso de estas
tecnologías se asocia con retrasos del lenguaje expresivo, disminución en el
hábito de lectura, retraso de atención y razonamiento, problemas de conducta y
comportamiento, y disminución del rendimiento académico.