El juego del lobo y la
importancia que tiene jugarlo con placer
El juego del lobo es un juego infantil típico que empieza
a aparecer entre los 2-3 años y se va desarrollando según son más mayores.
Este juego tiene importancia por varios motivos:
- Está relacionado con la oralidad (la tensión que produce la dentición,
alimentación, morder-besar…) donde los niños y niñas se encuentran de forma muy
intensa con juegos de fantasía y emoción.
- Tiene función reaseguradora (mecanismo para imaginar
al otro en su ausencia y así revivir aspectos placenteros) hace que los niños y
niñas vayan descubriendo e incorporando recursos que les van a permitir reasegurarse
por medio del juego.
- Son juegos con gran ambivalencia: Nos hablan de la
necesidad del niño de acercarse y alejarse del adulto (quiero ser yo sin ti,
pero te quiero o necesito, te quiero cerca y después te quiero lejos, te alejo
y te acerco, etc.) lo que nos habla de la historia de relación del niño/a que
tenemos delante.
Es en la sala de
psicomotricidad donde primeramente vemos que aparecen estos juegos, los niños
y niñas que se esconden, hacen refugios o corren escapando de algo o alguien
por la sala para que no les pillen siempre acompañado de risas, carcajadas o
gritos. Si el juego ha evolucionado correctamente unos hacen de lobo (poniendo
las manos como garras, enseñando los dientes y aullando) y otros son
perseguidos (corren por la sala y probablemente busquen refugios, si lo
consiguen ya pueden retar al lobo porque están seguros).
Ser atrapado sin serlo realmente es lo que hace disfrutar
al niño y la niña. Además, adquieren confianza en sí mismos, si son atrapados
consiguen escapar del lobo alardeando de su triunfo. Hay muchísima emoción,
placer y al mismo tiempo también hay miedo.
Otros, aún no están preparados para disfrutar de este
juego, por lo que es muy importante acompañar ese momento no tan placentero dándole tranquilidad y
seguridad. Su miedo es real y puede paralizarlo si todavía no tienen recursos
de simbolización suficientes y no viven ese miedo con placer, por lo que como
adultos debemos poner palabras a su emoción para hacerles sentir seguros y que
puedan superarlo. Podríamos describir la figura temida (lobo) o hacerles
algunas preguntas relacionadas con cómo es para que sean capaces de
representarlo en sus cabezas y por tanto así atenuar su miedo.
Desde la sala de psicomotricidad podremos acompañar este
juego para que evolucione, proporcionándoles espacios y materiales seguros para
que puedan vivirlo y superarlo. Cuando este juego evoluciona con placer nos
indica la maduración psicológica de los/as niños/as.
Es importante comprender que jugar a identificarse con el objeto temido es una parte importante del desarrollo de los niños y niñas, sin perder de vista la expresividad motriz de cada uno para ajustarnos a su necesidad individual. Estos juegos les permiten entender sus miedos representados a través de malvados de cuentos (lobos, brujas, ogros, cocodrilo) por lo que es fundamental que el protagonista acabe venciendo al villano, ya que si acaba con “el miedo” no volverá.